martes, 22 de noviembre de 2011

El clero diocesano se reunió en la Ermita

 
Hoy  se realizó en la Ermita "Nuestra Señora de Luján de
la Sierra", de Saavedra la reunión del clero diocesano bahiense.
Coordinó el encuentro el obispo auxiliar de la arquidiócesis de Bahía
Blanca, monseñor Pedro Laxague ante la ausencia del arzobispo monseñor
Guillermo Garlatti quien viajó a Roma a realizar un chequeo vinculado
a su salud.
"Soy el auxiliar y auxilió al arzobispo que está en Europa, está en
Roma donde fue a hacerse un chequeo por la cuestión de la vida.Le
dijeron lo mismo que acá pero en italiano.
Vuelve a fin de mes y mandó un mail muy lindo para todos los
sacerdotes", señaló el prelado.
El objetivo de  esta reunión en la Ermita de Saavedra" sea para
nosotros los sacerdotes un momento de comunión, alegría, paz y
fraternidad".
Consultado sobre la visita a Roma del arzobispo monseñor Garlatti no
se ha podido reunir con el Santo Padre que en estos momentos se
encontraba de visita en Africa.
"No creo, me lo hubiese dicho, no es fácil llegar de golpe y encontrarse.
Estuvo cerca porque estuvo en la tumba de San Pedro rezando el credo y
eso nos mantiene en unión con toda la iglesia", manifestó.
"Nosotros queremos fortalecer la unión, somos una gran familia, la
familia de Dios.
Los sacerdotes y obispos somos servidores de esa comunidad para que
todos los bautizados sientan que se puede vivir como una familia, como
Jesús nos enseñó", graficó el obispo auxiliar.
"El clero que trabaja en la arquidiócesis es una sola entidad y dentro
de ese clero hay clero secular ó diocesano y clero religioso, son los
de las congregaciones religiosas:todos trabajamos juntos,  tenemos el
mismo sacerdocio, la misma comunión en torno a la iglesia de Jesús".
En cuanto a las vocaciones sacerdotales "siempre van a faltar, los
hombres somos insaciables pero hay vocaciones y siempre está la
posibilidad que el Señor haga suscitar en los jóvenes ese llamado tan
maravilloso que uno vive tan feliz, lo siente y ve la obra de Dios en
su pueblo.
Hay que tener serenidad, rezar y estar siempre dispuesto a escucharlo
a Dios", dijo Laxague.